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lunes, 16 de enero de 2017

Monasterio de Santa Isabel la Real. (1ª parte)

Esta joya que tenemos en nuestra ciudad tiene para mí,  además del valor artístico que encierra, un valor más que sentimental, pues durante mi más tierna infancia pasé por allí bastante tiempo ya que mis tíos, Antonio y María, eran los porteros del lugar y mis abuelos también vivían allí, lo que me hacía disfrutar de este espacio.
Dicho esto os contaré que el monasterio fue fundado por la Reina Isabel, sobre el solar donde estaba el Alcázar del Rey Badis, del siglo XII, que fue destruido, y en el siglo XV era "la huerta alta de la Alcazaba antigua, que fue vendida por Muhammed el cojo, a su hija Fátima, futura esposa de Muley-Hacén y madre de Boabdil.
Esta era la casa de Fátima, y cuando su marido el sultán tomó como favorita a Isabel de Solís, Zoraya, éste llevó a Doña Isabel vivir a otra casa, y esto es lo que hoy es el Monasterio de Santa Isabel la Real.
Conquistada Granada por los Reyes Católicos, éstos cedieron el Palacio de Dar-Al-Horra a Fernando de Zafra, pero la Reina decido fundar allí el Convento de las Monjas Franciscanas, de hecho las primeras reformas que se hacen en el palacio fueron para transformar esa parte en convento.
Está situado saliendo al Carril de San Nicolás, desde las calles Oidores y de la Tiña.
Consta de iglesia y claustro, precedidos por un compás semi público de alta calidad ambiental (donde yo pasé grandes ratos jugando a la pelota).
La manifestación elocuente del arte gótico, utilizado por los Reyes Católicos en la mayoría de sus fundaciones, es aquí visible en la portada (obra de Enrique Egas) y artesonado del presbiterio; el estilo gótico encuentra aquí magnífico complemento en la riqueza de las aportaciones mudéjares, apreciables en las armaduras del claustro y, sobre todo, de la iglesia, (obra de Pedro de la Calle), cuya relevancia artística se puede ejemplificar en la escalinata monumental por la que se accede al altar mayor.
La Capilla Mayor está instalada sobre una escalinata con un retablo con elementos barrocos. La torre de la iglesia, es esbelta y contiene decoración en azulejos moriscos.
El acceso desde la calle, se hace a través del compás citado anteriormente, espacio semi público que sirve de lonja. Desde el compás se accede, por un lado a la iglesia, y por otro, mediante un zaguán, al patio del convento. El patio es de planta cuadrada, con siete arcos en cada lado. La galería tiene una armadura mudéjar de gran calidad, tanto en la planta baja como en la primera.
A principios del siglo XVI hasta comienzos del siglo ha pertenecido a las monjas, hasta que lo adquirió el Estado. Actualmente viven en él unas 18 monjas que viven de los dulces (riquísimos) que venden y de la entrada que cobran a las visitas organizadas para visitar el interior del monasterio.

Fue declarado Monumento Histórico en 1992. Su iglesia está abierta al culto, actualmente se puede oír misa cada día.



























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