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miércoles, 25 de diciembre de 2019

Iglesia de Santa María la Mayor. Guadahortuna, Granada.


La iglesia parroquial de Guadahortuna merece un puesto destacado en el arte del renacimiento granadino.
Las primeras noticias de su construcción son de 1506. Iniciada por el maestro cantero Domingo de Yguía, se sumaría más tarde el arquitecto Diego de Siloé. El gasto realizado, relativamente elevado, parece indicar la renovación de la anterior mezquita nazarí o gran parte de ella.
De las características morfológicas de esta primera iglesia o mezquita adaptada poco podemos saber, pues fue totalmente reconstruida años más tarde. Seguramente tendría una nave, a la que en 1535 se decidió añadir otra lateral, con el fin de ampliar su espacio que había quedado pequeño para albergar toda la población; al mismo tiempo se retejaba la nave antigua.
También de esta época es la portada que se encuentra cegada a la izquierda de los pies, en la que todavía se aprecia, si bien con dificultad, parte del escudo del arzobispo Gaspar de Ávalos.
Concluida la estructura del templo se acometieron dos obras de envergadura: la portada, obra singular del último renacimiento y el retablo mayor, que se inicia por el  mismo tiempo.
La iglesia consta de tres naves de desigual anchura, separadas por pilares rectangulares, ochavados en las esquinas. Encima apoyan arcos doblados apuntados. Las naves laterales carecen de capillas, salvo la bautismal que se aloja bajo la torre.
La portada principal está inspirada en la del Perdón de la Catedral de Granada y en ella destaca la perfecta conjunción de estructura y ornato y la originalidad en el tratamiento de alguno de los elementos.
Consta de dos cuerpos y tres calles. El inferior queda centrado con arco de medio punto de fina rosca en la cual se suceden cabezas aladas de angelitos, en el centro ménsula de acanto, y en las enjutas dos ángeles. A los lados, sobresalen columnas pareadas y exentas sobre pedestales independientes, de orden dórico. El entablamento es otra pieza original pues el arquitrabe queda liso y muy bajo.
Más novedades encontramos en el segundo cuerpo. La parte central está ocupada por una hornacina rectangular bordeada con puntas de diamante y columnas sobre podium.
Su impresionante artesonado mudéjar nos puede recordar a la Iglesia de Santa Ana de Granada. Sin duda merece la pena hacer una visita y contemplar esta bella obra del arte renacentista en Granada.