Creo que fue el último partido en casa que jugó el Granada antes del paréntesis de la cuarentena. La verdad es que fue un partido poco entretenido, pero es que el Granada estaba pensando más en la semifinal de la Copa del Rey que jugaba esa semana frente al Bilbao, que en otra cosa. Aún así hubo ocasiones como para habernos llevado el partido.
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