Este túnel concluido en 1860 fue una demostración
de la técnica del momento. Es de los denominados de 'medio cañón' y estructura
de ladrillo, con buena obra de fábrica. Lo que nadie podría prever, en aquellos
años, era que el túnel cobijaría la Nacional 323 hasta los años setenta del
Siglo XX, (su trazado sinuoso hace que en la comarca reciba el nombre coloquial
de "Carretera de los Caracolillos"), y que, aún hoy, contempla el
paso diario de cientos de vehículos sobre un asfalto plagado de señales viarias
que contrasta con la vieja estampa de un túnel que casi se antoja de juguete.
Hoy, el túnel de La Gorgoracha esgrime
una lozana vejez, esperando ver por sus alrededores la llegada de la prometida autovía A-7. Posiblemente aguantará algunos siglos si
alguien es capaz de detener el proceso de erosión del revestimiento de
ladrillo, ahora que ha disminuido considerablemente el efecto de la
contaminación del paso de vehículos.
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